
Ambrose
Level
3
Experience
948 XP
Currencies
Oro:
228
Plata:
6
Cobre:
6
Details
Clase:
Umbramante
Ancestros:
Celestial
Trasfondo:
Made a BAD Choice
Destreza:
+2
Fuerza:
0
Inteligencia:
+2
Voluntad:
-1
Puntos de vida maximos:
13
Adventures
Completed:
4
Most recent:
4 hours ago
About
Ambrose fue una vez una guardiana celestial conocida por su compasión, pero su constante desafío al decreto divino para intervenir en el sufrimiento mortal llevó a que, tras repetidas desobediencias, el Consejo Seráfico la desterrara, arrancándole las alas y condenando su luz a desvanecerse en el inframundo. Allí, entre ecos y sombras, escuchó la súplica de una niña mortal al borde de la muerte. Desesperada por salvarla, Ambrose pactó con un demonio de sombra y humo, vendiendo parte de su divinidad para volver al plano terrenal. Así se convirtió en Shadowmancer, en un ser de luz fracturada y oscuridad viva.
Pero la niña no era víctima, era un alma corrompida y su "llamado de ayuda" había sido parte del plan del demonio para atar la luz de Ambrose a la sombra para siempre. Desde entonces, Ambrose vaga por la tierra marcada por la culpa, fingiendo indiferencia hacia los mortales que alguna vez amó, aunque su compasión sigue intacta bajo las ruinas. Refugiada en una vieja cabaña de bruja al borde del bosque, se convirtió sin querer en una leyenda local: “la hechicera del bosque”, de la cual muchos héroes y viajeros han oído.
De complexión esbelta y mediana altura, su piel pálida brilla con un resplandor tenue. Su cabello, largo y plateado, se mueve como humo, y sus ojos de plata líquida se tornan negros con destellos estelares al usar su magia. Lleva cicatrices donde antes tuvo alas, y viste ropas prácticas en tonos grises y negros. Le cuelga del cuello una aureola agrietada de plata y tiene cadenas de sombra amarradas en las muñecas, ambos símbolos de su caída y su pacto.
Su shadowmancy se manifiesta en siluetas vivientes: alas de humo, manos oscuras, y sombras que susurran fragmentos de antiguos himnos celestiales. Los animales se sienten extrañamente atraídos por ella, en especial un cuervo tuerto que la sigue a todas partes (aunque insiste en no ponerle nombre). Y cuando el silencio la acompaña, Ambrose aún tararea los cánticos del cielo que juró haber olvidado.